Para agradecer es necesario pausar, pausar no solamente de forma física, sino también es hacer una pausa a nuestro ritmo de acelere continuo en todo el hacer mental. Cada día nos levantamos con un acelere del hacer, con un acelerar de lo cotidiano y con una gran cantidad de pensamientos de lo que vamos ha hacer en el día y que nos lleva a olvidamos de agradecer a cada persona que está a nuestro lado, nos olvidamos de agradecer a nosotros mismos por lo que hemos logrado o simplemente nos olvidamos de agradecer por el simple echo de haber abierto los ojos y respirar. La vida siempre nos lleva a dar una pausa y esa pausa hay que aprovecharla y agradecer.

Seguramente te ha pasado que estás en un acelere mental y físico que te olvidas de agradecer a las personas que te han apoyado en alguna o muchas actividades en el día, en la semana o en el mes.

Es posible que hoy no saludaste a la primera persona a la que viste, y seguramente no le agradeciste a la persona que te abrió la puerta de la oficina porque estaban platicando algo sumamente importante en el hacer, o probablemente no detuviste tu auto para agradecer a la persona que te abrió el portón de la empresa.

Probablemente no es un olvido consciente el que no agradezcas, sino más bien es el que no nos damos la oportunidad de pausar nuestro caminar y nuestra mente con tantas cosas del hacer que tenemos planeadas que ocurran y que esperamos que ocurran.

Pero el agradecer es más que bajar nuestra velocidad de forma física, agradecer es más que escribir por 21 o 48 días una lista de agradecimientos.

«El agradecer es desacelerar y pausar nuestro pensamiento del hacer.

Agradecer es voltear a ver el presente»

Elena Castro

Agradecer es pausar nuestro pensamiento inundado de un hacer, es pausar un pensamiento lleno de culpas, es pausar un pensamiento de víctima.

El agradecimiento que viene desde un sentir verdadero y no de lo intelectual, te da paz. Un agradecimiento verdadero no es forzado, es una pausa natural que es inesperada que reconforta y deja una sonrisa de tranquilidad.

El agradecimiento verdadero no es simplemente un gracias, es un agradecimiento que se transmite más allá de las palabras, es simplemente un gracias desde el corazón.

No des un gracias desde un deber, da un gracias desde un sentir, desde esa sonrisa que se pinta en tu cara de forma natural.

Tal ves creas que en los momentos difíciles no se puede agradecer, pero hasta en los momentos difíciles se puede agradecer, se puede pausar y darnos cuenta que hay posibilidades. Y desde esa parte de darnos cuenta que estamos sintiendo, que estamos respirando y que puede haber posibilidades podemos agradecer.

La invitación es a que no te detenga un papel, una pluma o un lápiz para pausar y agradecer. Baja la velocidad y agradece lo que has logrado, agradece a las personas que te están y han apoyado, agradece en el momento presente.

Deseo que emerja el agradecimiento y que podamos compartir con cada persona que aparece en nuestro caminar.

Hoy agradezco a grandes personas que me he topado en este caminar, empezando por mi familia y después Karen Vega, a Marina Galán, George Pransky y PP Torre.

Si eres de las personas que no puede dar un gracias o que le es forzado agradecer, estoy aquí para apoyarte en este caminar.

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